Hola Laurita, esta es una de las últimas imágenes juntas. El último año nuevo que pasaste en casa. No parecías odiarme tanto, y yo no parecía tan esquizofrénica como mentiste a todos tus contactos. Nos amábamos la una a la otra. Sé que voy a morir sin saber qué trastorno psiquiátrico tenés para desaparecer así de mi vida durante 25 años. Yo no he dejado de amarte y de extrañarte.
Entradas populares de este blog
Ya sé dónde estás
Tranquila, no voy a ir a verte. Corro el riesgo de enfermarme cuando me cierres la puerta en la cara. Voy a transcribir acá, el mensaje que te envié por Whatsapp con la esperanza de que escuchar mi voz te removiera algo dentro tuyo. Pero no. Si lo borraste, acá quedará para el recuerdo. Primero, mi agradecimiento a TODOS los que hicieron posible que supiera dónde y cómo estás, evidentemente con un aspecto en el que parecés mayor que yo (¡Increíble!). Va el mensaje: No sé de quién es la frase pero dice "Cada instante que pases disgustado, desesperado, angustiado, furioso a causa del comportamiento de otra persona, es un instante en el que renuncias al control sobre tu vida" . Y yo pienso, cuando la leo, además de hacer la reflexión para mí misma, pienso en vos, Laurita. Pienso que no tenés control sobre tu vida y no lo has tenido durante estos 28 años. Nunca pudimos saber la causa. Nunca pudimos saber por qué te pusiste del lado de todos los hombres que arruinaron mi vida y
47 años
Estás a punto de cumplir 47 años. Se lo comenté a un amigo y por toda respuesta dijo: "Una vieja". Y más allá de la humorada de mi amigo, me quedé pensando en que sos más que una adulta. Una adulta que ha poblado su vida de distancias, olvidos, de gente que ha pasado por ese camino sin dejar huella, a los cuales les has mentido, les has contado una historia plagada de fantasía... una vida, en suma, vacía. Qué tristeza me da tu vida, mucho más que la mía sin vos, Laura.
Comentarios
Publicar un comentario