Emilia



Carta a Emilia, la madre del novio de Laura que jamás me quiso recibir:

Río Grande, 28 de abril de 2008
Estimada Emilia:
Es posible que éste sea el último intento de establecer contacto con vos ya que estando en Viedma, esperaba que me llamaras luego de tocar timbre en tu departamento y dejarte la notita, sin éxito.
Al misterio que rodea el alejamiento de mi hija Laura, se suma el misterio de por qué ninguno de ustedes me quiso recibir o atender. Se me ocurrió algo que nunca había pensado como posibilidad, aunque todo lo que puedo hacer son conjeturas. Por ahí Laurita no es aceptada por vos y tu esposo, quizás no estén de acuerdo con la vida que llevan los chicos, no sé, no sé nada de nada.
Yo busqué a Laura de mil maneras distintas, hasta que di con la dirección de Malabia justo cuando estaba dejando el departamento. Cuando llegué a Mitre 2061, ya se había ido en la bicicleta con Pablo. Esto lo supe gracias a la caridad de alguien de por ahí ya que tu esposo, Rubén, no me quiso atender. Creo adivinar que estuvo influenciado, quizás, por alguna directiva de Laura tal como “mi madre está esquizofrénica” ya que esto lo utilizaba en otros casos para referirse a personas con las que no quería que yo hiciera contacto.
No estoy esquizofrénica ni mucho menos, tal vez lo sepa a través de la carta que le hizo llegar Daniel Lizardo a Rubén. Daniel me ha visto sufrir y llorar amargamente por Laura y pensó en ayudarme enviando esa carta que aún no tuvo respuesta. Fue una idea suya en la que no influí para nada.
Como vos misma sabrás, lamentablemente no nos dieron manual para criar a los hijos por eso sé que debo haber cometido muchos errores, pero no fui una mala madre. Tras separarme de su padre porque era violento, tuve que mantener y educar absolutamente sola a mis hijas dándoles estudio a ambas y lo más que pude.
Llevo diez años sin saber de Laura, por eso te rogaría encarecidamente que me escribas y me cuentes qué sabés de ella y de Pablo. Por qué tampoco  tiene contacto con su hermano y por qué perdió también la relación con sus abuelos, con quienes ya será tarde arrepentirse porque han fallecido los dos. Por otra parte, si fuera posible, si no tenés ganas de decirme nada, al menos me expliques por qué.
Gracias


Comentarios

Entradas populares de este blog

Ya sé dónde estás

47 años